INSECTICIDAS ORGANOCLORADOS
Los productos organoclorados son sustancias tóxicas para todas las especies animales incluyendo el hombre. En general no son biodegradables por lo que no sufren transformación ni en el medio ambiente ni en los organismos vivos. Desde el punto de vista toxicológico es importante la propiedad de su movilidad, ya que se adhieren a partículas de polvo y al agua de evaporación y de esta forma recorren grandes distancias.
Se considera que la toxicidad aguda de estos compuestos es de mediana a baja. Sin embargo, existe gran diferencia entre el grado de toxicidad de los diferentes insecticidas organoclorados.
Estos insecticidas se absorben por vía dérmica, oral e inhalatoria y son metabolizados a nivel hepático; en su mayor parte sufren un proceso de declorinación y son almacenados en el tejido adiposo, y una pequeña fracción es oxidada y transformada en derivados hidrosolubles para ser eliminada por el riñón muy lentamente
Dosis tóxica:
La DL50 necesaria para producir intoxicación aguda en roedores, varía entre rangos muy amplios (60 mg/kg- 8 g/kg); en humanos la DL50 para el DDT es de 400 mg/kg de peso, siendo el grado de toxicidad dependiente de la capacidad de almacenamiento, liposolubilidad, rata metabólica y velocidad de excreción.
Mecanismo de acción:
El mecanismo de acción tóxico no está del todo esclarecido. Se sugiere que producen deshidrohalogenación en algunos sistemas enzimáticos del sistema nervioso a nivel de fibras sensitivas, motoras, corteza motora y cerebelo, además de una posible alteración del transporte de sodio y potasio a través de las membranas de los axones, lo cual se relaciona con las manifestaciones clínicas de la intoxicación aguda. También se ha visto que estos compuestos organoclorados producen degeneración grasa del hígado, afectan el miocardio y pueden producir lesión tubular renal que conlleva a insuficiencia renal aguda de origen prerenal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario